Nuestro diseño nace desde la reflexión y cuenta siempre con el ser humano y el planeta; es sostenible y social. Algo natural en nosotros porque nos formamos bajo esta doctrina que, además, venimos poniendo en práctica desde el primer proyecto.
Algunos pueden sorprenderse al descubrir que hace ya 20 años que hablamos en estos términos porque creen que estas cuestiones son relativamente nuevas pero no es así. Otra cosa bien distinta es el grado de sostenibilidad –o excelencia- que podemos encontrar en las soluciones de diseño que, muy seguramente no son casi nunca como muchos desearíamos.
Desde esta realidad, gran parte del trabajo de los diseñadores industriales se basa en nivelar la balanza de todo proyecto entre los factores, fuerzas y poderes que en él confluyen.